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La resistencia a las TIC en el mundo
académico
MARÍA RODRÍGUEZ EMILIANO
I. La resistencia a las nuevas Tecnologías
de la Información y la Comunicación (TIC)
En la historia de la humanidad, los cam-
bios son la constante. La capacidad de apren-
der, inherente al ser humano, provoca que
ante nuevas situaciones se generen nuevas
respuestas, las cuales estarán sustentadas
en sus experiencias y la interpretacn de su
realidad para actuar conforme a sus valores;
creencias; pensamientos; sentimientos; habi-
lidades; motivaciones, y a las estructuras que
conforman su personalidad. Visto el cam-
bio desde la perspectiva del ser individual,
las reacciones frente a éste tendrán un rit-
mo particular de asimilación y acomodación
a lo nuevo; ahora bien, cuando este proceso
de transformación trasciende a un colecti-
vo, se observa que lo diferente no siempre
será aceptado y adoptado por todos/as: la
resistencia se manifestará como un proceso
natural en el grupo social que participa de la
experiencia innovadora.
La inclinación natural de resistirse, recha-
zar o contradecir lo menos conocido, llamada
resistencia al cambio, tiene su importancia
para el mismo desarrollo del proceso de cam-
bio, porque permite afianzar lo nuevo sobre
las buenas prácticas pasadas.
Son muchos los ejemplos de cómo los
cambios tecnológicos en todos los tiempos
han soportado la prueba de la resistencia a
lo nuevo. Torres (2001) refiere que las uni-
versidades fueron enemigas del libro impreso
durante sus dos primeros siglos de existencia,
porque éstos representaban un desafío a la
autoridad de los maestros, ya que los estu-
diantes podían dirigirse a ellos como fuen-
te directa de conocimiento. Tal como relata
Druker (1995, p.213):
En el Occidente, la escuela se vio como la institución
progresista y motora del progreso en todas las áreas
-en la cultura, en las artes, en la literatura, en las cien-
cias, en la economía, en la política y en las fuerzas
armadas-. En el Islam y la China la escuela se vio como
un gran obstáculo al progreso; la rebelión contra la es-
cuela fue el punto de partida para todos los movimien-
tos de reforma en estas dos grandes civilizaciones.
Asimismo, Gregoire (2015, s/p) refiere
que
[l]a historia del progreso humano muestra que
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la resistencia a las nuevas tecnologías que generan
crecimiento y eficiencia económica es invariablemen-
te inútil
. Para evidenciar su tesis, se refiere a
tres ejemplos donde la resistencia no imposi-
bilita el avance de la tecnología:
En el primer ejemplo, el autor relata que
en el siglo XIX en Inglaterra, presionado por
las empresas de carros de tracción, el go-
bierno promulgó la Ley de la Bandera Roja,
que buscaba mantener el uso de los carrua-
jes tirados por caballos ante los nuevos ve-
culos mecanizados, que eran más cómodos
y con más velocidad. Esta ley disponía que
una persona, portando una bandera de co-
lor rojo, fuera delante del vehículo en marcha
para limitar la velocidad del nuevo vehículo
que competía con el carruaje tradicional.
”En
1900, la Ley de la Bandera Roja fue derogada
y se inició la revolución del automóvil. Hoy
en día no podemos imaginar un mundo sin
coches”.
Segundo ejemplo: en 1811, el “Levanta-
miento de Luddites, iniciado por los traba-
jadores textiles y artesanos especializados en
Inglaterra, quienes tean miedo de perder sus
puestos de trabajo en los telares por la entra-
da de las máquinas de hilar mecanizadas de
la Revolución Industrial. Fue básicamente una
rebelión contra la eficiencia y fracasó en su in-
tento de poner fin a la omnipresencia de las
telas hechas conquinas.
El tercer ejemplo es más reciente: se refiere a
las protestas escenificadas en 2015 contra Uber
en París y en América Latina, al solicitarles los
taxistas tradicionales a estos gobiernos declarar
la ilegalidad deesta empresa.
La molestia po-
tencial que este servicio produce al negocio
de los taxis en todo el mundo es evidente
por la competencia que Uber les representa
en términos de acceso al servicio, eficiencia,
seguridad personal y costos
(2015, s/p.).
Uber inicialmente creció porque era muy
difícil encontrar taxis en San Francisco, Esta-
dos Unidos. Menos de 10 años después, esta
compañía ha llegado a 58 países y está valo-
rada en 50 mil millones de dólares. Gregoire
(Ibídem) reflexiona sobre lo dicil que resulta
el detener cualquier tecnología de servicio
donde se aprovecha al máximo la capacidad
de oferta y demanda, con más facilidades y
más economía para el cliente.
¿Cuáles son los desaos de la educación
ante la era del conocimiento y la innovación?
Evidentemente que la tecnoloa no es
un asunto de moda, sino la cultura de hoy,
donde los cambios permean todos los ámbi-
tos, afectando el hacer personal, profesional
y social. La competencia tecnológica es una
exigencia requerida para todo/toda profe-
sional, ya que el acceso a la información es
clave para un desempeño eficiente y eficaz.
De modo que el/la profesional, para ser de
clase mundial, requiere conocer los avances
tecnológicos que están disponibles y que la
sociedad le demanda.
Molano (2016, s/p) establece que:
[] ante cada revolución económica el mundo
ha entrado en crisis y los aferrados al pasado
– o los temerosos por el nuevo desafío – son
los primeros en alzar la voz preguntándose
qué pasará con quienes perderán sus empleos.
Lo cierto es que en un mundo cada vez más
tecnológico, aunque parezca contradictorio,
se requieren más trabajadores, sólo que con
mejores perfiles. [] La revolución industrial
convirtió a los campesinos en obreros, ahora
con la revolución tecnológica, esos obreros se
convertirán en trabajadores de la información.
Los llamados
iworkers
son aquellos em-
pleados altamente calificados que trabajan de
manera rápida y precisa, y tienen acceso a toda
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la información necesaria para atender las nece-
sidades del negocio y sus clientes. Estos son los
profesionales que se requiere formar para los
sectores productivos. El comunicador o comu-
nicadora social, por ejemplo, debe dominar las
particularidades de la tecnología de la comuni-
cación, marketing digital, redes sociales y otras.
Así también la práctica docente, médica, en
fin, requiere de los avances tecnológicos aplica-
dos a todas las áreas profesionales.
Las Tecnologías de la Información y la Co-
municación (TIC) se refieren al conjunto forma-
do por la Internet, la computación, el proce-
samiento de datos, “el internet de las cosas” y
otras más, las cuales se integran en las tabletas,
los
smartphones
, y todas las innovaciones que
se van sumando a las existentes.
Desde el ámbito educativo, Cobo (2014,
p.18) plantea que:
En lugar de amplificar las voces de alar-
ma (que suelen ignorar la reconversión y las
nuevas oportunidades de empleabilidad que
surgen con cada revolución tecnológica) aquí
el foco está puesto en pensar en estos re-
tos desde la educación. En otras palabras,
reflexionar sobre las habilidades y destrezas
que no son susceptibles de ser computari-
zadas, como la creatividad o la inteligencia
social.
Esta propuesta de Cobo es una nueva mi-
rada hacia el fortalecimiento de las competen-
cias transversales: una educación que motive
al desarrollo del potencial del ser humano, es-
timule el trabajo en equipo, el pensamiento
crítico, la inteligencia emocional, la solución de
problemas simples y complejos, la creatividad
apoyada en las tecnologías y, muy importante,
la autogestión personal del docente para que
pueda orientar al estudiantado.
La resistencia a las TIC en el mundo
académico
Durante el pasado siglo se formularon nu-
merosas teorías que enfocan los procesos en-
señanza y aprendizaje; esto no significa que
necesariamente se generaran transformacio-
nes significativas en el modo de enseñar que
rompieran con los métodos y estrategias de
impartición de hace doscientos años.
En el modelo pedagógico tradicional se fi-
jaba la atención en el/la docente, poseedor/a
del saber, protagonista del proceso de ense-
ñanza. Hoy, todos los enfoques vigentes con-
cuerdan en que el actor principal es quien
aprende. Los principios centrados en el estu-
diantado son producto de las argumentacio-
nes de teóricos como Vygotsky, Piaget, Bru-
ner, quienes plantean la participación activa
del estudiante en su proceso de aprendizaje.
En estos nuevos escenarios educativos
que presentan grandes transformaciones
existen actores a quienes se les pudiera con-
siderar “resistentes a las TIC. Resulta intere-
sante considerar algunos factores que pue-
den incidir en la intención de estos actores de
incorporar estas herramientas en su hacer en
el ámbito educativo.
Un factor de resistencia a la incorporación
de la tecnología se asocia a la conceptuali-
zación que tiene el o la docente de cómo se
aprende. Por tanto, las estrategias y las acti-
vidades podrán o no apoyarse en la Internet,
ya sea como una biblioteca donde se reco-
ge información en forma rápida y extensa,
Evidentemente que la tecnología no es
un asunto de moda, sino la cultura de
hoy, donde los cambios permean todos
los ámbitos, afectando el hacer personal,
profesional y social.
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o como un recurso clave de información y
comunicación que facilita la construcción del
conocimiento dentro de un proceso peda-
gico responsable y orientador.
Según Adell (2004, s/p):
Los presupuestos explican por qué lo hacen así y cómo
las prácticas reales o imaginadas son coherentes con
su visión de cómo se produce el aprendizaje. [] Lo
normal es que el Internet se inserte en el conjunto de
prácticas educativas y teorías implícitas del docente.
A pesar del camino recorrido, todaa
en esta era digital las tecnologías no susti-
tuyen la modalidad tradicional de enseñanza
y aprendizaje en las aulas. Se observan situa-
ciones de analfabetismo tecnológico, como
distribución del mobiliario en el aula; uso de
fotocopia de textos; desconfianza en el uso
responsable de la Internet por parte de los
alumnos y alumnas; falta de información y
desinformación; cuestionamiento a la educa-
ción no presencial; incertidumbre por desco-
nocimiento, en general, dudas sobre todo lo
que rompa los controles propios de la educa-
ción tradicional.
El uso de las TIC se ha incrementado,
pero el factor fidelidad a los elementos bási-
cos tradicionales, que defiende que lo ante-
rior siempre será mejor que lo actual, podría
ser la famosa “zona de confort”, opuesta a
la zona de cambio y de aprendizaje que guía
a una mejora continua y al aprendizaje a lo
largo de la vida.
Un factor a considerarse es el histórico,
por las experiencias desalentadoras previas
que a la recién pasada generación de docen-
tes le tocó vivir en su proceso formativo y que
pudo prejuiciarle acerca del valor agregado
por la tecnología a los procesos de enseñan-
za y de aprendizaje. Pero, ¿qué pasó? Como
afirma Cortez (2017, s/p):
Con la revolución tecnológica, en el campo de la edu-
cación en la década de los 60, cuando se anunció el
fin de la clase expositiva, se abría el sistema de la te-
levisión educativa, los circuitos cerrados de televisión,
las grabadoras de sonido, los equipos para filminas y
diapositivas, los retroproyectores, usados hasta hace
unos años. [] se partió de la afirmación de que es-
tos recursos iban a enriquecer y transformar la manera
de hacer educación. Sin contar con un diagnóstico de
cómo el sistema educativo y las educadoras y educa-
dores percibían, conocían y podían apropiarse de tales
recursos. Las tecnologías entraron sin una reflexión
sobre la pedagogía.
Es importante distinguir que en algunos
casos, más que la resistencia por parte de los
y las docentes, lo que incide en la no incor-
poración estratégica de las TIC en la facili-
tación de los procesos formativos son otros
factores diferentes; entre éstos están los que
plantea Rexach (2017):
La institución y su visión en el tiempo: en
qué invierte los recursos, innovar, capa-
citar, comprar equipos, estar a tono con
los tiempos, cl es la visión sobre las
TIC
Los factores personales: “no soy de esta
época, “como lo hago es más fácil,
uso las redes sociales pero para asuntos
personales, no profesionales
Las dificultades para el acceso a la tec-
noloa: “No hay apoyo para incorporar
tecnología en mis clases, no tengo ac-
ceso y/o las competencias tecnológicas
para el uso de equipos herramientas tec-
nológicas, aplicaciones
Cuál es la actitud de los líderes, qué re-
querimientos mínimos en el uso de las
TIC demandan a sus colaboradores
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La pregunta obligada es cómo formar para
el futuro ignorando el contexto actual, en el
entendido de que para el estudiantado del
siglo XXI el contexto es preferencialmente el
ciberespacio; allí están sus redes sociales para
relacionarse y comunicarse en la distancia y su
fuente de información para consultar asuntos
de su intes. El uso del celular inteligente es
una necesidad en su esquema mental.
II. Lo que debe interesar de las TIC
en el ámbito académico
Las TIC son una tendencia en todos los
contextos. Lo que se planteaba años ats
como el futuro es una realidad hoy. A fina-
les del siglo pasado, Druker (1995, p. 212)
sostenía que
“Una revolución tecnogica:
microcomputadores; transmisión por satélite
directo al salón de clase, está invadiendo la
escuela. A la vuelta de pocos decenios, ha-
brá transformado la forma en que aprende-
mos y la forma en que enseñamos.
La sociedad de hoy requiere de las ins-
tituciones de educación superior la perma-
nente incorporación de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación en los proce-
sos de formación, de modo que sus sistemas
de enseñanza y aprendizaje estén en corres-
pondencia con los cambios en los procesos
sociales, económicos, culturales, de avances
tecnológicos y de innovacn que se generan
a extrema velocidad.
La tecnología exportada del mundo pro-
ductivo al proceso educativo para enrique-
cer las buenas prácticas análogas del hacer
docente, lo que significa que las tecnologías
nunca sustituyen a la pedagogía. Más bien
se puede decir que las innovaciones tecnoló-
gicas están sostenidas por las innovaciones
pedagógicas (Prieto, 2017).
Se busca que las experiencias de apren-
dizaje estén estructuradas para provocar el
pensamiento del estudiantado, de modo que
construyan nuevos conocimientos a partir de
relacionarlos con los conocimientos anteriores.
Para Cobo (2014, p. 34):
Desde la educación, existe una profunda necesidad de
fomentar en educadores y educandos más instancias
de producción de conocimiento original. El valor no ha
de estar únicamente en el consumo de información,
que ciertamente es muy importante, sino también en
ser capaz de crear algo nuevo, tanto individual como
colectivamente.
En ese sentido, es generalizado el reque-
rimiento de adquirir competencias tecnológi-
cas para ser eficientes, a través de ámbitos de
aprendizajes de amplia cobertura, flexibles,
autónomos, contextualizados y en la realidad
del tiempo, pues lo que hoy es novedad en
poco tiempo es obsoleto. Estas posibilidades
que ofrecen las tecnologías de crear se deben
aprovechar en beneficio del desarrollo de los
talentos y la producción de conocimientos.
La tecnología digital ha redefinido la for-
ma de educar: ya los centros educativos, bi-
bliotecas, museos, están utilizando las tecno-
logías en forma de dispositivos, plataformas,
aplicaciones digitales. Estos recursos los utili-
zan para mejorar la calidad en sus servicios;
La tecnología digital ha redenido la
forma de educar: ya los centros edu-
cativos, bibliotecas, museos, están
utilizando las tecnologías en forma de
dispositivos, plataformas, aplicaciones
digitales.
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por tanto, es imposible ignorar su incidencia
en los ambientes académicos.
El acceso a la información actualizada es
un compromiso y reclamo de una nueva ge-
neración que, más que querer saber cómo
aprender, lo que quiere saber es qué apren-
der, así que, como vía natural, las TIC en la
enseñanza son un soporte de primera que,
guiadas con pertinencia, pueden generar co-
nocimiento. Hoy hablamos de aprendizaje
social soportado en la tecnoloa,
flipped,
clasroom.
Las TIC facilitan la obtención de cursos
virtuales gratuitos, acceso a las universida-
des más prestigiosas del mundo, interactuar
con personas destacadas de áreas del saber,
asistir a conferencias magistrales, poder ver
vídeos sobre actividades profesionales muy
especializadas e innovadoras que son presen-
tadas con animaciones que facilitan su expli-
cación.
No significa el rechazo a los soportes an-
teriores. El libro impreso, por ejemplo, es un
recurso de primer orden. Es la mezcla, la di-
versidad, la complementación de lo análogo
con lo digital lo que enriquece el proceso a
realizar como educadores de esta era digital.
Lo interesante es la adecuada eleccn de las
tecnologías acorde a cada proceso educativo.
De hecho, como todo proceso sociohistórico,
cuyo desarrollo no es lineal, es natural que lo
análogo aún coexista con lo digital, atendien-
do a variables tales como contexto socioe-
conómico, grupos generacionales e intereses
particulares.
Las ventajas que ofrece el uso de las TIC
en los ámbitos educativos identificadas en la
ponencia “Virtualización de la educación su-
perior, dictada por Sangra (2017), son las
siguientes:
Favorece el uso de recursos de calidad,
abiertos, disponibles y a bajo costo
Incentiva la colaboración e interacción,
creando espacios comunes
Ofrece oportunidades educativas no ex-
cluyentes entre sí
Promueve las competencias modernas y
mejora el desempeño educativo
Estimula las habilidades comunicativas y
cognitivas
Estimula el aprendizaje autónomo
Rompe la barrera de distancia geográfica
III. Cómo vencer la resistencia a las TIC
en el ámbito académico
La percepción de resistencia individual o
colectiva a la incorporación de las TIC en su
práctica docente debe ser una invitación a
la conciencia grupal para evaluar los motivos
que impiden el cambio necesario. Rexach
(2017) plantea una matriz que ayuda a eva-
luar el cambio, valorando los beneficios y
pérdidas en cada caso.
Con el cambio pueden darse ganancias,
que pueden ser en el orden personal, econó-
mico, profesional y también se pueden pre-
sentar pérdidas; en este caso, hay que me-
Si cambio
GANANCIAS
PÉRDIDAS
Si no cambio
GANANCIAS
PÉRDIDAS
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dir el nivel de riesgos, desventajas, y valorar
mo puede compensar si decide el cambio
o no. La resistencia al uso de las TIC desapa-
rece cuando se logra la percepcn de obte-
ner más beneficios que pérdidas.
¿Por qué se debe incorporar la tecnolo-
gía en la práctica docente? Rexach identi-
fica motivos: por ser ciudadanos de la era
digital, porque es mejor integrar y potenciar
que contraponer y resistir, porque se debe
leer el contexto, reconocer tendencias, com-
prender escenarios.
Para identificar a la luz de las exigencias
de los nuevos tiempos qué competencias re-
quiere el o la docente para estar en sintonía
con la realidad de la población enfocada y
el concepto de ciudadanía de este siglo XXI,
se puede pensar en un enfoque donde el o
la docente tenga dominio de entornos de
aprendizajes flexibles, usos de las TIC en sus
propios procesos de información y una ac-
titud positiva orientada a incorporar proce-
sos de cambio y mejora continua en su hacer
profesional y docente.
Cambia el modo de pensar / cambia todo en este mun-
do / cambia el clima con los años / cambia el pastor su
rebaño / y así como todo cambia / que yo cambie no es
extraño. (Canta Mercedes Sosa¹ a Julio Numhauser)²
La aceptación del estudiante en la comuni-
dad educativa como alguien que además de
aprender puede compartir sus saberes cons-
tituye un factor enriquecedor en los procesos
de enseñanza y de aprendizaje. Es pertinen-
te observar que estos/as jóvenes pertenecen
en su mayoa a los grupos de las genera-
ciones de los millennials (1980-1995), y de
los Z (1996-2013), a quienes se les atribuyen
caractesticas tales como: una visión gene-
¹ Cantante argentina
² sico, cantante y compositor chileno
racional diferente, globalizada, con tenden-
cias al autoaprendizaje, al emprendimiento,
interconectados con el mundo, liberados de
los conceptos tiempo y espacio, libertades y
restricciones como limitantes de su horizonte
personal y profesional.
La valoración del desarrollo profesional
desde el particular enfoque teórico de cómo
enseño y cómo se aprende, de modo que
como señala Rexach “sin renunciar a las
prácticas análogas exitosas” pueda innovar
implementando las TIC, como herramientas
que aportan un valor agregado a su prác-
tica docente. Hay una diversidad de recursos
disponibles en la web.
El camino hacia el uso de las TIC es tan
variado como los intereses de cada quien.
Puede utilizarse como apoyo para la exposi-
ción oral, puede elegir usar los recursos que
maneja en su cotidianidad y pensar cómo
vincularlos con su práctica docente; por
ejemplo, las redes sociales, el chat, portales
educativos, los grupos.
El maestro Sánchez (2016) publicó su
experiencia con estudiantes de la asignatu-
ra Matemática Discreta en una universidad
privada del país, comparando los resultados
de los grupos que la cursaron en forma pre-
sencial y los grupos que la cursaron en mo-
dalidad semipresencial.
Los resultados obtenidos después de la
implementación de la modalidad semipre-
sencial evidencian mejoras en las variables
aprobación de la asignatura, desercn y por-
centaje de reprobados/as. En términos cua-
litativos se observó mejoras en los niveles de
participación en las discusiones y análisis en
los encuentros presenciales, así como en los
entregables asignados.
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DE FONDO
IV. La educación virtual en
la Universidad Autónoma de
Santo Domingo
La Universidad Aunoma de Santo Do-
mingo (UASD) cuenta en su oferta académi-
ca con las modalidades presencial, virtual y
semipresencial para grado y postgrado. Para
la gestión de la oferta virtual y semipresencial
existe la Dirección de UASDVIRTUAL.
El surgimiento de UASDVIRTUAL en
2005-2008 está motivado inicialmente en la
necesidad de desconcentrar la población es-
tudiantil de la Sede Central, recintos, centros
y subcentros universitarios. Hoy día, el énfasis
es el de maximizar la calidad educativa, con-
tribuir con la equidad educativa e internacio-
nalizacn de la educación, con el uso de las
TIC. Mateo Aquino Febrillet³ lo planteó en los
siguientes términos:
La educación de calidad permite al educando desarrollar las
competencias y habilidades esenciales para seguir incorporando
otras habilidades y conocimientos para desenvolverse en dife-
rentes contextos, para desarrollar valores y conductas de convi-
vencia pacífica y solidaria, para conocer y reclamar sus derechos
y cumplir sus deberes, para respetar el medio ambiente, para
desarrollar y potencializar su capacidad creativa, para acceder
a un trabajo que le permita dignificar su condición humana y
ejercer una ciudadanía responsable (Aquino, 2011, p.128).
Esta reflexión sobre la calidad de la edu-
cación lleva a la necesaria articulación del
proceso formativo y las TIC, como recurso de
primer orden de vinculación para los proce-
sos guiados de alisis crítico de la realidad
social, económica y de cultura globalizada,
además de ser soporte importante en el con-
texto del ciudadano de hoy.
La educación virtual es un modelo que
se basa en el desarrollo de programas edu-
cativos en el ciberespacio, donde se generan
escenarios (aulas virtuales) y posibilidades de
aprendizajes flexibles e interactivos, sin las
condicionantes de espacio tiempo, y don-
de el estudiantado es el protagonista de su
aprendizaje y el tutor, el guía y motivador del
proceso formativo.
La semipresencialidad representa una res-
puesta al estudiantado que por razones de
disponibilidad de aula, lejanía geográfica, dis-
ponibilidad limitada de tiempo, de recursos
económicos para cubrir transporte y estadía,
o sencillamente por preferir la virtualidad a
tener que asistir al horario rígido de la moda-
lidad presencial.
En ese sentido, la Universidad, a través
de UASDVIRTUAL, ofrece capacitación (es-
pecialidad, cursos y acompañamiento) a los
y las docentes interesados/as en preparar los
contenidos de las asignaturas que imparten
y la inducción para ser tutores/as virtuales.
Al inicio de cada semestre se realiza una
induccn en el uso de la plataforma a los
y las estudiantes que seleccionaron cursos
en modalidades virtual y semipresencial. Las
asignaturas ofertadas están desarrolladas
según un diseño instruccional, en el soft-
ware libre Moodle (personalizado) por la
Dirección de Educación Virtual de la UASD,
con un ambiente amigable y flexible que
permite la pronta integración del grupo for-
mativo, de manera que puedan interactuar
de forma efectiva con sus tutores y com-
pañeros.
El desarrollo de la asignatura será mediado
pedagógicamente haciendo uso de recursos y
herramientas de la Web 2.0 y 3.0 y a través de
este modelo de enseñanza y aprendizaje.
3
Rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en el periodo
2011-2014
DE FONDO
68
Finalmente, puede ser interesante en el
contexto de las TIC en el ámbito académico
que la UASD se proponga:
Requerir al estudiantado un porcentaje
de la carga académica de los pensums
en la modalidad virtual y semipresencial
Crear una cultura favorable dentro de
esta casa de altos estudios para la in-
corporación de las TIC
Continuar los procesos de capacita-
ción a docentes y estudiantes en el
uso de las TIC
Garantizar la infraestructura y el fácil
acceso a la tecnología para docentes
y estudiantes
Al finalizar este artículo, les invito a creer en
una educación posible de calidad que incorpo-
re las TIC como parte del proceso natural, lógi-
co y contextual, a fin de lograr la formacn de
las ciudadanas y ciudadanos para el mundo de
hoy. Ésta es la vocación de la persona docente
y es el compromiso con ésta y las próximas ge-
neraciones, porque como ha dicho Jorge Aré-
valo, viceministro de educación del país Vasco,
el maestro afecta la eternidad.
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